02 ETAPA 2: Neda-Pontedeume

ETAPA 2: Neda-Pontedeume

16 km de trayecto (más 5 km callejeando por el centro histórico de Pontedeume y las playas).



En el albergue de Neda la noche fue larga y pesada, debida a la ola de calor y los ronquidos de los hombres de la sala comunal (yo incluido me imagino), Pero más 20 personas en una sala es lo que tiene, jeje. Lo del calor lo solucionamos abriendo las ventanas de las fachadas confrontadas para generar una ventilación cruzada, el problema es que la ventana junto a mi litera no se mantenía abierta, pero con un palo conseguí domar la ventana y que mantuviera abierta toda la noche. Para conciliar el sueño a pesar de los ronquidos del resto de peregrinos yo utilicé tapones para los oídos todas los noches.


El albergue de Neda estaba colapsado, gente durmió en la sala específica para minusválidos y otros en el salón y resto de dependencias creo. También varias personas montaron tienda de campaña en los alrededores ajardinados del albergue.

Etapa 2:





Pronto, no se que hora, sobra las 6 de la mañana ya empieza a sentirse movimiento en el albergue, yo estoy dormido, abro un poco los ojos y ya veo a peregrinos a punto de salir, ¡que prisas, jeje!

Asomo la cabeza desde la parte de arriba de la litera y veo que Juan, el chico que conocí ayer ya se está preparando. Pues nada, me visto veloz y salgo, sin desayunar ni nada. Veo a Juan y le digo de ir juntos. Así lo hacemos y salimos.

Es de noche, voy por las marismas y no se ve nada. pronto llegamos a la población, cruzando la pasarela sobre el río Belelle, que rememora el paso por un antiguo puente, accedemos a la calle El Paraíso, que enlaza con la rúa Real. Esta calle es una verdadera joya, me encanta el suelo empedrado y las viviendas porticadas de los siglos XVII y XVIII que la flanquean. Pongo algunas imágenes históricas de la Rua Real de los años 40, que siempre son más interesantes que las actuales, llenas de coches y señales de tráfico:





Atravesamos Neda y a la salida de la población me encuentro lo que parece un edificio moderno, de estilo brutalista (con ciertas licencias), se trata del Centro Cívico Ramón Millarengo, en mi foto está muy oscuro, así que la acompaño de alguna otra foto sacada de internet:


Malas fotos tomadas por mi, pero las prisas del peregrino a las 6 y pico de la mañana es lo que tienen, jeje.







A la salida de la población de Neda, en vez de ir pegados a la carretera que lleva a Pontedeume, el camino tira para arriba, unos 60 metros de desnivel. De momento todo asfalto, pero con bonitas vistas a la ría que, remolona, va desperezándose para abrazar un nuevo día.




Al poco tiempo llegamos a la localidad de Fene, me llama la atención su Casa del Concello, que me recuerda al racionalismo italiano con reminiscencias del Movimiento Moderno de las siedlungen. Le hago un par de fotos sobre la marcha y atravesamos rápido la ciudad dormida.





Al realizar este blog me informo por curiosidad de este ayuntamiento, y resulta que es un proyecto de mi admirado Albero Campo Baeza, que ganó este concurso a nivel nacional en 1977. El edificio central es muy transparente, muy abierto a norte y algo más cerrado a sur. Todo resuelto con una arquitectura formalmente muy contenida y sencilla, blanca, que, con la arquitectura de piedra, es la más común de esa zona del país.

Pongo alguna imágenes de la propia web del arquitecto. Todo un grato descubrimiento para mi:









Al salir de Fene dejamos por fin el asfalto y comienza una vertiginosa subida por caminos de tierra, con un desnivel importante de 180 metros. El camino está rodeado de eucaliptos y su aroma es muy agradable y embriagador.







Aunque no se aprecie, la pendiente es de aúpa:







El camino es a la derecha, hacia esa subidita de tierra que se hará muy larga, porque no acaba ahí, sin que sigue arriba y arriba:





Tras la larga y dura subida empieza un descenso hasta Pontedeume, punto final de la etapa. Para ello es necesario cruzar desde la localidad de Cabanes el conocido Puente de Piedra sobre el río Eume que está junto a la ría de Ares y que conecta con la preciosa localidad de Pontedeume.








PONTEDEUME:


La bandera de Pontedeume no me llama especialmente la atención, sin embargo su escudo me encanta, con el  oso y el jabalí, dos esculturas zoomorfas prerromanas, que son el símbolo de la ciudad, y que de hecho estaban como esculturas en una de las plazas de la ciudad,pero que debido al desgasten han sido traslados a otro sitio, más apartado del juego de los niños. También se observa el Torreón de Los Andrades. 











Pongo imágenes que tomé en Pontedeume:












Muy pronto llego al albergue junto con Juan. Somos los primeros. Ya estábamos advertidos de que era el más cutre de todo el Camnio Inglés, hecho que pudimos comprobar rápidamente, jeje.

Al llegar la puerta está abierta, pero no hay ningún gerente para recibirnos ni nadie, está totalmente vacío. Se trata de un pequeño albergue de dos plantas: la planta baja diáfana, con suelo de madera, y arriba una serie de literas (nosotros ponemos la mochila en la primera de ellas, la más alejada de la escalera y los baños). Sólo hay dos baños unisex en la planta baja, con una ducha dentro en cada uno de los baños, lo cual es un lío puesto que si alguien se quiere duchar, ese baño ya no se puede utilizar.  En uno de ellos la ducha es un simple agujero en el suelo del baño, así que la primera ducha lo encharcará todo. La otra ducha, en el otro baño, sí tiene plato, pero la tubería que conecta con la alcachofa tiene agujeros y al ducharse hay que tapar con una mano estos agujeros, ya que si no el chorro que sale por el agujero en dirección opuesta es enorme y lo moja todo, como yo puede comprobar más tarde, jeje.

Yo no me lo pienso, como soy el primero y no hay nadie, me ducho enseguida.
Lo peor del albergue es que no tiene ventanas, sólo la puerta de acceso, por lo que no hay ventilación, y el calor que hace dentro es indescriptible, máxime con la acuciante ola de calor que nos persigue. Es por ello que muchos peregrinos han reservado con antelación un hostal en la localidad, advertidos de este peculiar albergue. Pongo fotos abajo de este genuino e inolvidable albergue, es sólo una crujía del siguiente edificio alargado, justo la que está antes del toldo:




Una vez duchado decido ir a desayunar a una churrería, y me doy un capricho, jeje:






Ya desayunado y duchado empiezo a ver a los primeros que llegan al albergue. más tarde y ya todos juntos nos enteramos que el check in del albergue se hace a partir de las 11 h en el Torreón de los Andrade, así que como es pronto, me voy con otros peregrinos a callejear un poco.

Torreón de los Andrade, de finales del s. XIV: 








Pontedeume está llena de plazoletas, monumentos, iglesias y restaurantes de tapeo. Hay un ambientazo genial y todos los sitios están llenos. Los platos típicos de la gastronomía eumesa son el pulpo (como no), las zamburiñas, la zorza, el marisco de la ría (sobre todo la almeja) y al pescado de mar, especialmente a las sardinas, ni que decir del clásico albariño, o la cerveza Estrella de Galicia, que tiene un logo referente al Camino:


La población me encanta y merece la pena la visita.





Puente de Piedra




Iglesia parroquial de Santiago.









Por la tarde, tras las viandas, decidimos cruzar la ría y visitar la famosa playa de la Magdalena de la localidad de Cabañas (jeje, parece Benidorm). Nos juntamos con cuatro peregrinos italianos muy simpáticos y nos vamos todos a la playa: 





Por la noche cenamos todos juntos en uno de los muchos y concurridos bares de Pontedeume. Agotamos las existencias del bar de Estrellas de Galicia, jeje.

Una vez cenados nos vamos al albergue y el resto de peregrinos están fuera en el porche del albergue, se ve que dentro el calor es infernal. Así que nos hacemos unas risas y van pasando las horas. 

A las 12 de la noche parece que refresca un poco, así que decidimos entrar, y resulta que muchos peregrinos han bajado sus colchones de las literas de la planta primera al espacio diáfano de la planta baja, que parece más fresquito.

A las 12 de la noche, cuando entramos todos, tan sólo hay un peregrino dentro, y no sólo está dormido, sino que sus ronquidos son atronadores, jeje.

Yo subo a mi litera pero ésta empieza a chirriar, parece de mimbre en vez de hierro. Las risas de todos se hacen contagiosas y salvo el roncador, el resto estamos muertos de risa.

No me lo pienso y bajo el colchón de la litera al suelo, jeje. No más chirridos de esta cama de mimbre.

Por fin me duerme, pensando en la famosa cuesta de la salida de Pontedeume, que por lo que cuentan es tela marinera...






"Es imprescindible  caminar siempre con las ventanas de la mente abiertas de par en par para dejar que el aire refresque nuestra alma".


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