04 UMEÅ

Día 4: Golfo de Botnia



Hora de salida: 5:30 h.



Jönköping, Estocolmo, Uppsala, Umea (Suecia)  

(902 km).


Presto me pongo en ruta (5:30 h), lo que me permite llegar pronto a la capital del país.

Estocolmo, joya del Báltico, se asienta sobre 14 islas en el lago Mälaren. Maravillosa ciudad llena de encanto. Su centro histórico es realmente bonito, como de un cuento de hadas y bien merece el viaje en coche hasta aquí. Conocida como la Venecia del Norte (aunque a mi no me gusta este epíteto, no m gustan las comparaciones y ya sabemos de la existencia de otras tantas Venecias del Norte....).

La bandera y el escudo de la ciudad de Estocolmo son iguales. Es uno de los símbolos más conocidos de la ciudad y representa al rey Eric IX de Suecia, santo patrón de la ciudad y al que se le atribuyen varios milagros y el fomento del cristianismos en Suecia. Los colores derivan de la bandera sueca:




La ciudad vieja, conocida como Gamla Stam, posee preciosos edificios, calles adoquinadas, jardines muy cuidados, etc., como el Palacio Real, la plaza Stortoget con sus famosas casas de colores, sus iglesias góticas,... un verdadero deleite para los sentidos.

Yo aparco en el centro, ya que está casi todo cerrado por las fiestas del Orgullo, justo en la zona de la ORA, que sólo puede ser abonado con tarjeta de crédito. Allí mismo tomo un bus turístico y recorro los rincones más famosos de la ciudad, consigo un precio especial para el bus (porque es bastante caro, y tras negociar con el taquillero, ya que resulta que es argentino y le caigo bien, y está hasta las narices de que se le hagan el sueco los lugareños, jeje...). El audio está en varios idiomas, entre ellos el español, lo que me permite aprender sobre los edificios y espacios que se ven desde el vehículo.

Ahí van algunas fotos tomadas desde el bus turístico:

















La ventaja de ser el día del Orgullo, es que todas las calles del centro  están cerradas al tráfico rodado, salvo para el bus turístico, lo que me permite disfrutar más del recorrido.



Museo ABBA

Nordiska museet





Bus turístico anfibio.




Parque Karlaplan

En la isla Djurgården, además de ser una preciosa zona ajardinada, se encuentran los principales museos de la ciudad, como el espectacular museo Vasa (que alberga un navío del s. XVII prácticamente intacto, con una historia detrás muy interesante sobre su hundimiento y posterior reflote); el museo ABBA; el museo del Alcohol (Spritmuseum); el museo de los vikingos Vikingaliv; el museo Junibacken, dedicado a los libros y personajes de Astrid Lindgren (con Pipi Calzaslargas a la cabeza); el parque de atracciones Gröna Lund; un famoso acuario; el museo infantil Junibacken, salas de conciertos; etc.

Sin lugar a dudas tengo que volver con vosotros hijos míos, lo pasaremos en grande...


Tras pasar toda la mañana en la ciudad cojo de nuevo el coche y pongo rumbo norte, hacia la ciudad universitaria de Upsala.

Destaca su catedral, mitad medieval y mitad gótica; su ambiente juvenil; sus callejuelas, restaurantes...



Tras la visita de rigor, ya sólo queda tirar para arriba, disfrutando de la carretera costera E4, que discurre paralela al golfo de Botnia en el mar Báltico. 

Son preciosos los paisajes de esta costa, con aguas tranquilas y lagos intercalados de aguas someras, con bosques infinitos y rectas interminables, nada que ver con la abrupta costa que me espera a la vuelta por Noruega.




Todo es infinitamente verde, cientos de kilómetros entre bosques frondosos, con alguna casa tradicional aislada y pequeños pueblos, a excepción de alguna ciudad en medio del camino, como Hudiksvall, Sundsvall o Örnsköldsvik, está ultima me sorprende con un peculiar edificio con cubos de colores volados a diestro y siniestro, me desvió para tomar buenas fotos de este edificio erizo.


Hudiksvall


Sundsvall

Tingsstället i Örnsköldsvik


Ya es por la tarde y tengo ganas de hacer la típica Fika, que un auténtico fenómeno social sueco, destinado a una pausa para el café en el trabajo, descanso que incluso es promovido por las propias empresas para sus trabajadores. Se acompaña el café con pastas, dulces o frutas, pero de lo que se trata es de un acto de sociabilidad, de desconexión de la rutina laboral, en resumen, es un estilo de vida en el que se disfruta de las pequeñas cosas, es decir, calidad de vida.


Me imagino que en este acto social no se harán los suecos, porque ya les vale, jaja....

Resultado de imagen de PARADA SUECA PARA TOMAR CAFE fika








Finalmente se hace tarde, los camping se suceden con frecuencia en mi devenir hacia el Norte. Paro en uno cera de Umea, llamado Sandbeach, que está muy bien equipado, con acceso directo a la playa, me hospedo en una cabañita de madera muy coqueta.



¡Son las 12 de la noche y todavía es de día!

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Durante los cientos de km recorridos por la costa sueca, he visto en cada pequeña aldea, las típicas casas suecas, llamadas stugas, que son todas del mismo color rojizo, llamado color faluröd, que les da ese toque tan acogedor. A veces tienen, las esquinas en blanco. 





La historia de la pintura roja se remonta a aproximadamente 850 dC. Fue entonces cuando empezaron a excavar en la mina Stora Kopparberget (la Gran Montaña de Cobre) en la ciudad de Falun. Con el tiempo, la mina se convirtió en un importante centro industrial, a veces llegando a suministrar dos tercios del cobre utilizado en Europa. Pero esta mina, además de cobre, extraía otros minerales como azufre y hierro.


Después de la extracción se realizaba el tostado de la mena (además de deshacerse del azufre), el objetivo era oxidarse y así deshacerse del contenido de hierro, lo que creaba una capa de ocre o hematita de hierro rojo, llamada rödmull (suelo rojo). Esto fue considerado como desecho, como basura y se amontonó al lado de la mina. Hace unos cientos de años, alguien notó que un poste de madera que había estado asentado durante años en el montículo de rödmull no mostraba signos de putrefacción o decaimiento, y presto, se pensó en emplearlo en los revestimientos de madera.

Este fue el comienzo de la producción de Falu Röd (Falun's Red), la pintura que pronto estaba en casi todas las casas del país, ya que era barata y se podía mezclar en el mismo sitio de la construcción de las casas. El proceso consistía en hervir rödmull con aceite de linaza, harina de centeno y agua. Se conseguía así un revestimiento duradero y que protegía la madera de las fachadas de las casas de la lluvia, humedad y demás inclemencias.

Sin embargo, ya que era bastante barata esta pintura roja, la gente adinerada descartó este color, y para diferenciarse prefirió pintar sus casas con pinturas más caras, y de otro tono como el blanco o amarillo (siempre ha habido clases...).


Preparación del Falu Röd.







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