Día 5: ¡¡¡EL TECHO DE EUROPA!!!
Hora de salida 6:00 h; hora de llegada a Nordkapp: 00:15 h; Hora de llegada al punto de descanso más al sur de Cabo Norte 2:00 h. (más de 17 horas de conducción en esta jornada!!!).
Umea (Suecia); Kolari (Finlandia); Lakselv y Kappnord (Noruega).
(1.413 km !!! muchos de esos km. por carreteras de tierra. Mamma mia).
Salgo de la cabaña sueca con un único objetivo, llegar lo más arriba posible. Está lejos Nordkapp, quizás demasiado para esta jornada, pero no hay poblaciones en el camino que me ralenticen.
No obstante, debo andar con cuidado ya que, cuanto más subo al norte, más riesgo de encontrarme en la carretera con alces y ciervos. Las señales de peligro de animales son muy numerosas en Suecia.
Lo que no espero es toparme con motos de nieve en pleno verano!!! Pero llevaré cuidado por si acaso, jeje.
Me sorprende la cantidad de coches históricos estadounidenses circulando por las carreteras suecas, hay muchísimos, de todos los modelos y colores, algunos llevando caravanas de la misma época.
También hay algunos coches eléctricos Tesla, pero nada que ver con Noruega, en donde estarán omnipresentes (dicho país cuenta con un 20% del parque automovilístico eléctrico).
También hay algunos coches eléctricos Tesla, pero nada que ver con Noruega, en donde estarán omnipresentes (dicho país cuenta con un 20% del parque automovilístico eléctrico).
Tras unos cientos de km. llego al Círculo Polar Ártico. Esta frontera indica que, los territorios situados por encima de este línea imaginaria, al menos en un día al año, el sol está las 24 horas del día sobre el horizonte y, del mismo modo, por lo menos hay un día al año en el que el sol permanece bajo el horizonte. Se produce a partir de la latitud 66º 33' 44" N.
Por fin alcanzo la frontera con Finlandia (atravesando el río Muonosequé, jeje).
FINLANDIA:
La bandera de Finlandia (Siniristilippu, "bandera de cruz azul"), tiene la tradicional cruz nórdica. El azul representa los lagos y el cielo, y el blanco la nieve y el cielo de las noches estivales.
En Finlandia se vuelve al euro, lo que es una ventaja para mí. Las carreteras se han vuelto más salvajes y abruptas que en Suecia, hay tramos eternos en obras, lo que supone muchos kilómetros por vías exclusivamente de tierra y ripios, donde los renos campan a sus anchas, son muchas las veces que hay que detenerse para dejar pasar a estos cuadrúpedos, jeje.
Antes de llegar a Finlandia, en Suecia, vi algún reno suelto y escurridizo, pero aquí se ven manadas y manadas paseando por la calzada, a su libre albedrío.
Debo atravesar una pequeña parte del norte de Finlandia, donde se van sucediendo pueblos pintorescos. En mi mapa no aparece ninguno de estos pueblos señalados y con tantas obras faltan indicaciones, por lo que en una ocasión me desvío unos 40 km de la ruta sin saber donde estoy, totalmente perdido.
Decido parar, pregunto a un obrero de la carretera pero ni idea de donde estoy (quizás sea sueco y ya sabemos cómo se las gastan, jeje). Voy al siguiente pueblo y tras una conversación con una atenta lapona finesa, de unos 70 años, me dibuja unas indicaciones sobre mi propio mapa y me pone los nombres de los pueblos que faltan en mi ruta hacia Noruega, ¡Kiitos! (gracias).
¡Genial!, de esta forma regreso a la vía establecida y, a media tarde, consigo entrar en Noruega, tras una frontera sin ningún tipo de control, barreras, policías o banderas (ni perros suecos que incordien, jeje), tan sólo una pequeña garita que parece abandonada, algo tétrica diría yo.
Decido parar, pregunto a un obrero de la carretera pero ni idea de donde estoy (quizás sea sueco y ya sabemos cómo se las gastan, jeje). Voy al siguiente pueblo y tras una conversación con una atenta lapona finesa, de unos 70 años, me dibuja unas indicaciones sobre mi propio mapa y me pone los nombres de los pueblos que faltan en mi ruta hacia Noruega, ¡Kiitos! (gracias).
En esta zona de Finlandia también hay casas tradicionales de madera, muy similares a las suecas, pero aquí se les llama mökki.
Finlandia está dividida en 19 regiones. Yo tan sólo atravieso la vasta región de Laponia Finlandesa (cuyo escudo es el tío del mazo, o el as de bastos según se prefiera, jeje. Y por lo que parece, con muchos ombligos en forma de arco, jejejejeje. Lo que no entiendo es cómo, con el frio que hará en invierno, porqué tiene que ir en paños menores este señor...).
NORUEGA:
Los colores de la bandera son similares a los de EE.UU. y el Reino Unido, y representa la libertad. También posee la cruz nórdica. Se inspira en la enseña danesa.
Al entrar en Noruega el paisaje cambia radicalmente, ya no hay casi árboles al principio, que irán desapareciendo conforme subo más al Norte, estoy tan arriba que la vegetación ya es tundra y más tarde, únicamente permafrost.
Tras unos cientos de km más, por fin llego al mar de Barents, y su espectacular costa, con el fiordo gigante de Porsangen, que es realmente impresionante, con más de 100 km de largo, nada que ver con la mansa costa sueca. Al fondo se ve la nieve perpetua.
Tras unos cientos de km más, por fin llego al mar de Barents, y su espectacular costa, con el fiordo gigante de Porsangen, que es realmente impresionante, con más de 100 km de largo, nada que ver con la mansa costa sueca. Al fondo se ve la nieve perpetua.
Llego a la localidad de Lakselv hacia las 21 horas, es tarde y me encuentro cansado tras casi 1.200 km de carretera serpenteante, de tierra y piedras en algunos tramos, y siempre de doble sentido. Pero aun me distan más de 200 km de fiordo e islas hasta Nordkapp. Ceno y pienso que será una buena idea quedarme aquí a dormir, ya que no hay casi pueblos y son pequeños hasta Cabo Norte, más bien minúsculas aldeas de pocas casas, que será mejor salir de madrugada para ser de los primeros en alcanzar al día siguiente el principal objetivo de este precioso viaje, Cabo Norte.
Sin embargo, tras un rato de breve descanso y una frugal cena, decido avanzar un poco más, mi mente me pide proseguir (mi cuerpo, sin embargo, lo contrario), cuanto más suba hacia el norte mejor, menos me quedará para mañana, así que prosigo tan solo unos pocos kilómetros, luego otros pocos más y luego un poquito más...
El paisaje es espectacular, me hipnotiza, me subyuga. La carretera se enrosca en el fiordo, hay cascadas sobre la calzada, nieve en las faldas del fiordo, pequeños lagos que jalona la ruta, y unos colores asombrosos que me hacen continuar conduciendo sin darme cuenta, algo onírico la verdad, mientras tanto, paro cada poco tiempo y grabo y fotografío estos paisajes de ensueño.
El paisaje es espectacular, me hipnotiza, me subyuga. La carretera se enrosca en el fiordo, hay cascadas sobre la calzada, nieve en las faldas del fiordo, pequeños lagos que jalona la ruta, y unos colores asombrosos que me hacen continuar conduciendo sin darme cuenta, algo onírico la verdad, mientras tanto, paro cada poco tiempo y grabo y fotografío estos paisajes de ensueño.
Y así, como en un sueño, tras 1.300 km de jornada llego al túnel que pasa por debajo del mar y que conecta el continente con la isla de Magerøya, que es donde se encuentra Nordkapp (son casi 7 km de túnel, y cae en picado por debajo de los 212 m bajo el nivel del mar).
Tras el empinado y largo tune, llego a isla de Magerøya. Cada 5 minutos para el coche y me pongo a hacer fotos, el paisaje es el más fantástico que he visto nunca, me fascina, son las 12 de la noche pero no me importa, veo lagos a diferentes alturas, cascadas, alces y renos salvajes, un cielo metálico rojizo y plomizo, praderas verdes infinitas, riscos, acantilados, casas suspendidas de peñascos y otras casas como flotando a la vera del fiordo, ¿es real? ¿estoy soñando? ¿estoy aquí o sigo en mi lecho de España? No lo sé, pero me siento feliz, muy feliz...
Tras el empinado y largo tune, llego a isla de Magerøya. Cada 5 minutos para el coche y me pongo a hacer fotos, el paisaje es el más fantástico que he visto nunca, me fascina, son las 12 de la noche pero no me importa, veo lagos a diferentes alturas, cascadas, alces y renos salvajes, un cielo metálico rojizo y plomizo, praderas verdes infinitas, riscos, acantilados, casas suspendidas de peñascos y otras casas como flotando a la vera del fiordo, ¿es real? ¿estoy soñando? ¿estoy aquí o sigo en mi lecho de España? No lo sé, pero me siento feliz, muy feliz...
Y casi sin querer, llego a la barrera de acceso a la meseta de Nordkapp, son las 00:15h y el chico me deja pasar sin cobrarme nada, quizá porque están a punto de cerrar (a las 00:30 h), o quizás porque ve en mis ojos los destellos de la emoción, o simplemente ve el cansancio en mi cara tras 16 horas seguidas de conducción, jeje. El hecho es que entro allí y resulta que no estoy solo, cantidad de gente pulula de aquí para allá, deambulando, tomando fotos, paseando y con intención de quedarse a pernoctar allí. ¡No hay mejor sitio para hacerlo, en el techo de la Europa continental!
GRACIAS A TODOS, FAMILIA, AMIGOS Y MIS DOS AMADOS HIJOS, QUE DE UNA FORMA CONSCIENTE O INCONSCIENTE ME HABÉIS DADO FUERZAS PARA CONSEGUIR ESTE RETO.
También te cuentan la historia del lugar, que es realmente interesante. Se trata de una meseta que se alza con acantilados 307 metros sobre el mar. Este paraje es el hogar de cientos de frailecillos, alcatraces, cormoranes e incluso los cangrejos reales, que por esos sitios organizan excursiones para los turistas para pescarlos. ¡Que no cuenten conmigo para ello!
La ventaja de haber realizado este tramo de noche me ha permito disfrutar del paisaje sin nada de tráfico y con poca masificación en el lugar, no me encontré con ninguna caravana o autocaravana, lo que fue una suerte y me permitió bajar del coche un montón de veces para disfrutar del entorno, sin molestar a nadie y tomar fotos tranquilamente, o respirar un aire totalmente fresco y puro. La carretera E-69 es una auténtica gozada y deseo que todos lo podáis hacer una vez en la vida, yo pienso repetir en sentido contrario y llegar hasta el Mar Blanco ya en Rusia, para recorrer la misteriosa península de Kola...
Viendo la cantidad de caravanas que hay aparcadas en la explanada de Nordkapp, y que seguro me esperan a la vuelta, decido reanudar la marcha nuevamente y avanzar un poco más, salir de este enjambre, ya que sólo hay hay una carretera de entrada y salida a Nordkapp a través del túnel y todos tenemos que pasar por allí, tanto los nuevos visitantes de mañana como los que salgan de aquí.
Así que, aunque son más de la una de la noche y estoy muerto de cansancio, todavía me queda algo de energía para una horita más de coche y salir del tumulto de la mañana siguiente que habrá seguro en ambos sentidos.
Ha sido una experiencia inolvidable, me ha ayudado mucho anímicamente tras estos tristes momentos en los que no he podido disfrutar de vosotros hijos míos, ¡qué ganas tengo de veros! Os quiero mucho mis dos tesoros y es triste no poder compartir con vosotros estos momentos, pero dejo estas líneas, para que un futuro lo podáis leer y sentir como si estuvierais a mi lado en esta magnífica ruta
También me acuerdo mucho de mi madre, que está disfrutando casi más que yo con los relatos telefónicos que le cuento jornada tras jornada. Por supuesto me acuerdo mucho de mi padre, que desde el cielo viaja conmigo y se lo estará pasando genial al verme en esta aventura, tú me enseñaste la pasión por viajar conduciendo, la libertad que te da ir por tu cuenta. Recuerdo cómo te hiciste 2000 km en un solo día a con mamá y conmigo de vuelta del viaje de Bélgica hasta Murcia.
No me olvido tampoco de mis hermanas, tías y sobrinas que están disfrutando con todo esto. Besos a todos....
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El norte de la península escandinava, se conoce como Laponia, que abarca el norte de Noruega, Finlandia, Suecia y Rusia, sin embargo, a sus habitantes, los saamis, no les gusta este nombre, lo consideran despectivo, y prefieren que se llame simplemente Área Sáampi.
Esta bandera fue utilizada por los saamis por primera vez en 1986, durante la conferencia nórdica saami. El semicírculo rojo representa el sol y el semicírculo azul la luna. El verde y el amarillo deriva de las vestimentas tradicionales saamis.
Se estima que son unos 100.000 los saamis actuales, aunque es difícil de saberlo. Tienen su cultura propia, su propio idioma saami, que por ejemplo emplea 400 palabras diferentes para referirse a los renos, y tienen una palabra propia que se emplea mundialmente, la "tundra".
Por lo que yo pude ver, una parte muy importante de su economía se basa en el turismo, en vender recuerdos de una tradición que ya ha sido derrotada por la globalización. Las carreteras están salpicadas de tenderetes saamis, donde venden cornamentas, telas, artesanía y cosas similares. Hay unos cuantos museos sobre la cultura saami que pude ver en ni camino, pero todo parece preparado para los visitantes invernales que van en busca de escurridizo Papá Noel...
Los saamis tienen un tipo de construcciones para sus viviendas similares a los tipis de los indios americanos, pero aquí se les llama Lavvu, yo vi unas cuantas de estas tiendas, pero únicamente con fines turísticos.
Actual Lavvu para turistas
Interior de un Lavvu en 1964
Lavvu original, fotografía coloreada de 1900
VIVA EL ESPÍRITU SAMMI.
Me gustan los símbolos saamis:
Para concluir, os pongo otras fotos que me gustan de los saamis, de su floklore y tradiciones:
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Por fin, agotado, me voy a dormir a las tantas de la noche. El sitio que elijo es un bello acantilado sobre el fiordo, rodeado de un entorno salvaje que me embriaga (sólo sobra para dormir ese sol de media noche, jeje).
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