08 HELLBRUNN.
Palacio, jardines y Juegos del Agua
A unos escasos 8 km del centro de Salzburgo encontramos el Palacio de Hellbrunn. No puedo decir que su visita sea obligatoria, pero casi que podría decir que es imprescindible.
Este palacio y sus espacios aledaños fueron diseñados por el príncipe-arzobispo de Salzburgo, Markus Sittikus, como un lugar de diversión y descanso nunca visto antes en Europa. Se encargó al constructor Santino Solari, el mismo que construyó la catedral de Salzburgo.
Se tardó tres años en construirse, de 1612 a 1615 y su estilo ya anuncia un incipiente barroco.
a) PALACIO DEL HELLBRUNN
Se accede al palacio a través de una interesante plaza, con una forma de herradura y tras transitar por una larga calle, como telón de fondo, puro montaje escenográfico para sorprender al visitante, con una escalinata imperial al fondo...
El interior del palacio no tiene desperdicio. Se suceden unas salas espléndidas en las que hay interesantes exposiciones. También se explican curiosidades del palacio y sus jardines, como, por ejemplo, las antiguas cañerías de madera, los mecanismos de los autómatas, ciertos animales mitológicos, etc.
Se trata de un palacio de verano, cerca de Salzburgo, en el que el príncipe-arzobispo iba y venía en el mismo día, por eso el palacio no dispone de un solo dormitorio.
Hay numerosos frescos, con representaciones de fantasías, llenas de color, y algunos ejemplos de arte ilusionista. Destaca la Sala del Fiestas, con la pintura de doce frescos de emperadores romanos. El autor de los frescos de la cámara del príncipe es Arsenio Mascagni.
b) JARDINES
Los jardines aledaños tienen un marcado carácter barroco. Con sus estanques, bulevares y grandes perspectivas. Los jardines tienen una extensión de 60 Ha.
Los cursos de agua, abundantes en la zona, son reconducidos mediante arroyos y canales a estanques y lagos ubicados en el complejo, para disponer así de un acceso al agua de forma ilimitada, tanto para el uso del palacio como de los juegos del agua y las fuentes.
c) JUEGOS DEL AGUA
Se trata de uno de los puntos cumbres de todo el complejo. No son solo un ejemplo del poder del que disfrutaba el príncipe-arzobispo, sino también una forma de diversión, de entretenimiento para los huéspedes y visitantes del palacio, en el que el príncipe, junto con su arquitecto Santino Solari, pusieron todo su empeño en sorprender y amenizar a sus invitados.
No haremos de spolier y dejaré las sorpresas y bromas para que las descubran los futuros visitantes de Hellbrunn, pero son una maravilla, y más pensando que tienen 400 años de antigüedad todos los mecanismos e ingenios que se despliegan por doquier.
Hay grutas artificiales, un increíble cenador con un anfiteatro, estanques, fuentes, etc. Pero lo que está claro es el gran sentido del humor que tenía el príncipe...
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Pasear por aquí me trae muchos recuerdos bonitos de mi padre, que paseó por estos mismos sitios hace 30 años. Que se rió mucho con los juegos del agua. Nos lo contaba de pequeñitos poniéndonos las fotos con el proyector de diapos...
Desde pequeño mi padre me inculcó buenas aficiones, entre ellas el gusanillo por viajar, por conocer estos palacios, por conducir kilómetros y kilómetros por Europa para visitar lugares junta a mi madre. Me introdujo en la pasión por la lectura, por los cómics, por la numismática, por las motos y los coches.... Gracias por todo papá.
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