Hora de salida 9:00 h; hora de llegada al interior de Lofoten: 22:30 h.
Kappnord, Alta y Lofoten (Noruega).
(857 km).
Empiezo la jornada bastante más tarde de lo habitual (a las 9 h), pero mi cuerpo necesitaba descansar de la paliza de ayer. Durante toda la noche el sol estuvo en lo alto y sí, es cierto lo del sol de media noche, jeje.
Toda esta zona, y en realidad toda Noruega, es tierra de trolls y, aunque no visitaré la mítica Trollstigen, o carretera de los trolls, que está mucho más al Sur, sí que encuentro muchas referencias por todos lados a estos simpáticos personajes.
Mi intención es llegar hoy al archipiélago de las Lofoten, dentro del Círculo Polar Ártico, para ello prosigo por la E-6 hacia el sur. Esta carretera es alucinante. La volveré a recorrer en un futuro espero no muy lejano, pero lo haré en dirección contraria, hacia la salvaje península de Kola, ya en Rusia, hasta llegar al mar Blanco, pero bueno, eso será otra aventura, y por supuesto espero contar a mi lado con mis dos preciosos hijos...
En el trayecto veo a lo lejos la moderna Northern Lights Cathedral, de la localidad altanera de Alta, jeje.
En el trayecto veo a lo lejos la moderna Northern Lights Cathedral, de la localidad altanera de Alta, jeje.
Interesante iluminación interior:
En esta localidad de Alta, hay unos grabados rupestres que son Patrimonio de la Humanidad, decido visitar su museo, con muestras de la cultura local, la historia del lugar y la visita a sus pinturas.
Tras dejar Alta, pongo rumbo a las Lofoten, pero cuidado, por la carretera hay peligro de cuernos de todo tipo!!!!
En Bjerkvik está el desvió hacia las Lofoten, allí comienza la E-10, conocida como la carretera de San Olaf. Para mí es la carretera más maravillosa por la que he circulado en toda mi vida, y está considerada una de las carreteras más bellas del mundo. Sin lugar a dudas es cierto, puedes parar en cada uno de sus 166 km de largo y tomar una foto a cualquier punto que seguro será espectacular, una verdadera postal.
Esta carretera empieza en el pueblo de Fiskebøl y termina de golpe en el pueblo con el curioso nombre de Å. Está salpicada de puentes preciosos, curvas, lagos, cascadas, túneles, pueblos de cuentos, incluso playas de revista.
Pongo algunas fotos sacadas de internet de las Lofoten:
Henningsvær Stadion, uno de los más espectaculares del mundo según dicen. Está rodeado de los típicos secaderos de pescado que veo por todo Lofoten.
Increíble
La carretera es una auténtica gozada, ¡que no se acabe!
Secadero de bacalao, hay miles por todas estas islas:
Agotado, llevo ya 12 horas en la carretera, sigo buscando un sitio para dormir entre isla e isla, pero sin encontrar ninguno, ya me veo en algún recodo del camino extendiendo mi carpa.
Llego a las 22:30 a un camping que está al borde del mar, con un montaña inmensa justo enfrente y por la que caen tres cascadas enormes desde la cima del macizo al mar, ¡como por arte de magia, así, como surgidas del cielo! Es un paraje precioso, incrustado en un fiordo. Los campistas están haciendo una hoguera gigante para calentarse sobre unas piedras que se meten dentro del fiordo.
El camping cierra a las 22:00 h y yo llego media hora más tarde, pero afortunadamente los regentes viven allí mismo, así que les aviso o despierto (qui lo sa) y, tras unas arduas negociaciones, consigo que me admitan, no les quedan cabañas de madera, pero me facilitan un cachito de césped para poner allí la tienda de campaña y, sobre todo, me dan las fichas de las cabinas de las duchas, que es lo necesito como agua de mayo.
Al final me aceptan (no llevo NOK y no tiene datáfono, pero tras un poco de charla amistosa consigo pagar en euros y que me devuelvan en NOK, que me vendrá bien para el menudeo que surja en los días posteriores). Me dan dos fichas para ducharme (ya que cada vez que cierras el grifo, para enjabonarte por ejemplo, se para el agua de la ducha y hay que reponer la susodicha ficha), y me indican un parterre precioso y blandito para plantar allí la tienda, el mejor de la zona según los propietarios para poner la carpa.
Llego a las 22:30 a un camping que está al borde del mar, con un montaña inmensa justo enfrente y por la que caen tres cascadas enormes desde la cima del macizo al mar, ¡como por arte de magia, así, como surgidas del cielo! Es un paraje precioso, incrustado en un fiordo. Los campistas están haciendo una hoguera gigante para calentarse sobre unas piedras que se meten dentro del fiordo.
El camping cierra a las 22:00 h y yo llego media hora más tarde, pero afortunadamente los regentes viven allí mismo, así que les aviso o despierto (qui lo sa) y, tras unas arduas negociaciones, consigo que me admitan, no les quedan cabañas de madera, pero me facilitan un cachito de césped para poner allí la tienda de campaña y, sobre todo, me dan las fichas de las cabinas de las duchas, que es lo necesito como agua de mayo.
Al final me aceptan (no llevo NOK y no tiene datáfono, pero tras un poco de charla amistosa consigo pagar en euros y que me devuelvan en NOK, que me vendrá bien para el menudeo que surja en los días posteriores). Me dan dos fichas para ducharme (ya que cada vez que cierras el grifo, para enjabonarte por ejemplo, se para el agua de la ducha y hay que reponer la susodicha ficha), y me indican un parterre precioso y blandito para plantar allí la tienda, el mejor de la zona según los propietarios para poner la carpa.
¡God natt! (buenas noches). Yo descanso fenomenal tras lo agotador del día, pero a media noche me despierto debido al marujillo que entra por las rendijas de la tienda de campaña, me abrigo y ya está, no hay que olvidar que todavía estoy en pleno Círculo Polar Ártico y hay nieve perpetua en las cimas de los macizos rocosos, jeje.
Mañana será otro día......
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