ETAPA 4: Betanzos-Hospital de Bruma
28 km de trayecto (más 100 metros para ir y volver al bar del peregrino, que es lo único que hay en Hospital de Bruma, jeje).
Ya me avisó el socorrista de la piscina municipal de Neda tres días antes, un chico joven y deportista, que esta etapa le supuso un gran esfuerzo y fue la más dura de todas con diferencia...
A las 5 de la mañana nos ponemos en marcha Juan y yo, acaban de salir unos minutos antes Lola y Laura, y también algún que otro peregrino, pero resulta que los 4 italianos se han ido media hora antes de lo acordado, a las 4:30 de la mañana, para coger sitio en el albergue, aprovechando que sabían la hora a la que saldríamos nosotros, y que el próximo albergue tiene una capacitada muy limitada (A buon intenditor, poche parole).
Salimos del albergue, en una noche cerrada, y las indicaciones para salir de Betanzos son confusas, en una rotonda nos despistamos un poco y, junto con la genial pareja zaragozana de Toño y Marta, encontramos al final la ruta. Ésta empieza a subir y a subir, y nada más salir de la población nos adentramos en un bosque frondoso, la pareja gallega se adelantan un poco y se distancian de nosotros dos.
En el bosque no hay ni una sola farola, está totalmente oscuro y tenebroso. Lola y Laura, que se supone van por delante, nos contaron después que tuvieron miedo en este tramo, y que les recordaba a la película de La Bruja de Blair.
Menos mal que Juan lleva una linterna porque en las bifurcaciones es muy fácil perderse debido a las tinieblas de la noche. Otros peregrinos usaron la linterna del móvil.
El bosque es espeso, no se oye ni ve nada, son muchos km. por aquí, con una bruma muy densa.
Y así, en torno a las 6 de la mañana empieza a llover en medio de un bosque en penumbra!!!!
Al rato de calarnos, no hay ningún sitio para parar en medio del oscuro bosque, le digo a Juan que hay que protegerse de una lluvia cada vez más intena. Él se pone el chubasquero pero yo no tengo. Sólo dispongo de un cortavientos fino, me lo agencio y, como no llevo capucha, me pongo una bolsa de plástico en la cabeza, jeje. No me protege mucho y me voy empapando poco a poco. Además, yo voy todo el camino con mis chanclas de trekking, que no es lo mejor para la lluvia y los charcos, jaja, menos mal que llevo unas deportivas impermeables en la mochila.
Llevar los pies mojados es lo peor. Lola, cuando llegó al albergue de Bruma, los tenía totalmente empapados, porque sus zapatillas eran de tela y permeables. Las consecuencias es que le salió una dolorosa llaga que le duraría el resto de Camino.
Me encanta esta imagen que tomé una vez acabó la lluvia, con ese rayo divino que me marcaba un camino celestial a seguir. Cuando realicé la foto no vi este rayo, lo aseguro, ha sido al revisar las mismas cuando me he dado cuenta de este efecto tan espectacular, y que sólo puede ser el dedo del Apóstol guiando mi Camino:
Y a mitad del trayecto, cuando llevábamos ya unos 15 km, encontramos un precioso merendero junto a un lago, con servicios, barbacoas, mesas y demás. Aprovechamos para hacer un descanso a mitad de etapa, el primero en todo lo que llevamos de Camino hasta ahora. Yo me cambio la camiseta, que la tengo totalmente chopada y me pongo una sequita.
Mientras descansamos tumbados en el suelo, vemos a lejos cómo se aproximan 2 peregrinos, al acercarse comprobamos que son Lola y Laura, así que nos juntamos y hacemos lo que queda de etapa juntos.
Fotos del merendero, el área recreativa de Vizoño:
La etapa está siendo larga, y nos esperan subidas importantes, alcanzando la cota de 450 m, la más alta de todo el Camino Inglés.
La bruma no se despeja del todo, será que nos estamos acercando al Hospital de Bruma, jeje:
Alguna de las subiditas:
Y por fin, llegamos al albergue del Hospital de Bruma:
Al llegar al albergue, hay muchos peregrinos esperando a que abran, por supuesto están los 4 italianos, que además, han mandado sus mochila por correo, ya que hay una opción por 5 € que te llevan la mochila de albergue a albergue:
Tras preparar los bártulos, volvemos al bar a cenar, con otros peregrinos que vamos conociendo.
El albergue tiene lavadora y secadora, también de la Nasa como en Pontedeume, jeje.
Pero no funciona la lavadora, esta vez nosotros no hemos sido, aunque algunos peregrinos, entre risas, nos echan la culpa a Juan y a mi, jeje:
Estos somos nosotros: Lola, Laura, Juan y yo, jeje:
HOSPITAL DE BRUMA:
Se trata de una aldea de tan sólo 40 habitantes, pertenece al municipio de Mesía. Próximo a este lugar se une los dos ramales del Camino Inglés, el que viene de Ferrol y el de A Coruña.
Se le llama Hospital de Bruma, porque en la Edad Media había un hospital para los peregrinos, el único existente en esta ruta. Esta documentado este hospital en el años 1175. Hace mucho tiempo que no queda nada de este hospital.
En 1124 se menciona la presencia de ladrones que se escondían en cuevas de la zona y asaltaban a los peregrinos por estos parajes. Por este motivo surgió la necesidad e construir un Hospital, promovido por la Iglesia compostelana y la nobleza local, también se fundaron los templos de Santa María de Braña Longa y San Nicolás, patrono de los caminantes.
Se dice que el emperador Carlos I hizo noche en el hospital en 1520 procedente de Santiago cuando iba a A Coruña. El erudito Martín Sarmiento lo cita en su libro del viaje por Galicia en 1745.
Esta es la bandera del municipio de Mesía. Con una curiosa Torre-Báscula!!!!
"EL CAMINO más que ser una ruta realmente dura y exigente para todos los que se atreven a adentrarse en sus entrañas es un pozo de sabiduría, donde a cada paso, todos vamos descubriendo nuestro lugar en el mundo…"
Ya me avisó el socorrista de la piscina municipal de Neda tres días antes, un chico joven y deportista, que esta etapa le supuso un gran esfuerzo y fue la más dura de todas con diferencia...
A las 5 de la mañana nos ponemos en marcha Juan y yo, acaban de salir unos minutos antes Lola y Laura, y también algún que otro peregrino, pero resulta que los 4 italianos se han ido media hora antes de lo acordado, a las 4:30 de la mañana, para coger sitio en el albergue, aprovechando que sabían la hora a la que saldríamos nosotros, y que el próximo albergue tiene una capacitada muy limitada (A buon intenditor, poche parole).
Salimos del albergue, en una noche cerrada, y las indicaciones para salir de Betanzos son confusas, en una rotonda nos despistamos un poco y, junto con la genial pareja zaragozana de Toño y Marta, encontramos al final la ruta. Ésta empieza a subir y a subir, y nada más salir de la población nos adentramos en un bosque frondoso, la pareja gallega se adelantan un poco y se distancian de nosotros dos.
En el bosque no hay ni una sola farola, está totalmente oscuro y tenebroso. Lola y Laura, que se supone van por delante, nos contaron después que tuvieron miedo en este tramo, y que les recordaba a la película de La Bruja de Blair.
Menos mal que Juan lleva una linterna porque en las bifurcaciones es muy fácil perderse debido a las tinieblas de la noche. Otros peregrinos usaron la linterna del móvil.
El bosque es espeso, no se oye ni ve nada, son muchos km. por aquí, con una bruma muy densa.
Y así, en torno a las 6 de la mañana empieza a llover en medio de un bosque en penumbra!!!!
Al rato de calarnos, no hay ningún sitio para parar en medio del oscuro bosque, le digo a Juan que hay que protegerse de una lluvia cada vez más intena. Él se pone el chubasquero pero yo no tengo. Sólo dispongo de un cortavientos fino, me lo agencio y, como no llevo capucha, me pongo una bolsa de plástico en la cabeza, jeje. No me protege mucho y me voy empapando poco a poco. Además, yo voy todo el camino con mis chanclas de trekking, que no es lo mejor para la lluvia y los charcos, jaja, menos mal que llevo unas deportivas impermeables en la mochila.
Llevar los pies mojados es lo peor. Lola, cuando llegó al albergue de Bruma, los tenía totalmente empapados, porque sus zapatillas eran de tela y permeables. Las consecuencias es que le salió una dolorosa llaga que le duraría el resto de Camino.
Me encanta esta imagen que tomé una vez acabó la lluvia, con ese rayo divino que me marcaba un camino celestial a seguir. Cuando realicé la foto no vi este rayo, lo aseguro, ha sido al revisar las mismas cuando me he dado cuenta de este efecto tan espectacular, y que sólo puede ser el dedo del Apóstol guiando mi Camino:
Y a mitad del trayecto, cuando llevábamos ya unos 15 km, encontramos un precioso merendero junto a un lago, con servicios, barbacoas, mesas y demás. Aprovechamos para hacer un descanso a mitad de etapa, el primero en todo lo que llevamos de Camino hasta ahora. Yo me cambio la camiseta, que la tengo totalmente chopada y me pongo una sequita.
Mientras descansamos tumbados en el suelo, vemos a lejos cómo se aproximan 2 peregrinos, al acercarse comprobamos que son Lola y Laura, así que nos juntamos y hacemos lo que queda de etapa juntos.
Fotos del merendero, el área recreativa de Vizoño:
La etapa está siendo larga, y nos esperan subidas importantes, alcanzando la cota de 450 m, la más alta de todo el Camino Inglés.
La bruma no se despeja del todo, será que nos estamos acercando al Hospital de Bruma, jeje:
Alguna de las subiditas:
Y por fin, llegamos al albergue del Hospital de Bruma:
Al llegar al albergue, hay muchos peregrinos esperando a que abran, por supuesto están los 4 italianos, que además, han mandado sus mochila por correo, ya que hay una opción por 5 € que te llevan la mochila de albergue a albergue:
El problema cuando llegamos, es que dicen que sólo hay unas 20 plazas o así, y nosotros hacemos el 24. Esperamos a ver lo que sucede. Mientras esperamos siguen llegando más y más peregrinos, pero al ver lo que sucede ponen marcha al siguiente albergue, pero está a más de 10 km y es mucho para una etapa ya muy larga de 28 km. Otros peregrinos consiguen encontrar algún hasta u unos pocos km. Nosotros ya estamos agotados, y Juan y yo decidimos que no nis movemos, ya veremos que pasa.
Al cabo de una hora esperando llega el gerente. Va repartiendo las plazas y cuando llega a nosotros, no hay sitio, sólo para uno de los cuatro. Aun hay más peregrinos detrás de nosotros.
El alberguista nos ofrece la posibilidad de dormir en el suelo del comedor, que el tiene cartones y esteras, dice que el se encargará por la tarde de hacernos esos improvisados lechos para pernoctar.
No hay nada que hacer en Bruma, sólo hay un bar de peregrinos. Así que ponemos rumbo allí y probamos el menú del peregrino, que está realmente genial. El caldo con grelos está muy bueno y resulta reconfortante y reconstituyente después de un largo y cansino día lluvioso. Por supuesto, las Estrellas que no falten, jeje.
Como no hay nada que hacer en Bruma, este bar se llena de los peregrinos del Camino, nos juntamos en varias mesas y pasamos una buena tarde de risas. Las partidas de Tute se hacen eternas, hasta la noche, cuando decidimos ir al albergue para ver si está ya nuestra improvisada cama preparada y sí, esta hecha. Esta muy bien la verdad, es tamaño king-size y el colchón es de agua, jajaja:
El albergue tiene lavadora y secadora, también de la Nasa como en Pontedeume, jeje.
Pero no funciona la lavadora, esta vez nosotros no hemos sido, aunque algunos peregrinos, entre risas, nos echan la culpa a Juan y a mi, jeje:
Estos somos nosotros: Lola, Laura, Juan y yo, jeje:
HOSPITAL DE BRUMA:
Se trata de una aldea de tan sólo 40 habitantes, pertenece al municipio de Mesía. Próximo a este lugar se une los dos ramales del Camino Inglés, el que viene de Ferrol y el de A Coruña.
Se le llama Hospital de Bruma, porque en la Edad Media había un hospital para los peregrinos, el único existente en esta ruta. Esta documentado este hospital en el años 1175. Hace mucho tiempo que no queda nada de este hospital.
En 1124 se menciona la presencia de ladrones que se escondían en cuevas de la zona y asaltaban a los peregrinos por estos parajes. Por este motivo surgió la necesidad e construir un Hospital, promovido por la Iglesia compostelana y la nobleza local, también se fundaron los templos de Santa María de Braña Longa y San Nicolás, patrono de los caminantes.
Se dice que el emperador Carlos I hizo noche en el hospital en 1520 procedente de Santiago cuando iba a A Coruña. El erudito Martín Sarmiento lo cita en su libro del viaje por Galicia en 1745.
Esta es la bandera del municipio de Mesía. Con una curiosa Torre-Báscula!!!!
"EL CAMINO más que ser una ruta realmente dura y exigente para todos los que se atreven a adentrarse en sus entrañas es un pozo de sabiduría, donde a cada paso, todos vamos descubriendo nuestro lugar en el mundo…"
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