09 GOTEMBURGO

Día 9: Nobel de la Paz





Hora de salida 8:30 h; hora de llegada al puerto de Gotemburgo: 0:30 h. Salida en ferry a las 3:00 h.

Trondheim, Lillehammer, Oslo (Noruega), Gotemburgo (Suecia).

(906 km y dos sustos). 



Salgo de Trondheim camino de Oslo, la carretera cambia radicalmente, se pasa de la idílica E-6 que costea por el norte de Noruega y sus fiordos, a un nudo de carreteras con salidas y múltiples desvío e incorporaciones. ¡¡¡Parece la M-40!!! Nada que ver con el resto de Noruega.


Con todo ello, en una de las innumerables incorporaciones tengo un accidente con un camión, nada grave, pero toca parar en una autopista de tres carriles sin arcenes y hacer el papeleo. 

Observo los daños y el camión no tiene prácticamente nada, un protector de plástico de la rueda y dos marquitas en la puerta del conductor, en cambio yo, tengo las dos puertas muy tocadas, sin la manilla de la puerta delantera y con el retrovisor colgando. 

El camionero dice que ha llamado a la policía, pero allí no aparece nadie. 

Me protejo con el coche delante del camión del intenso y peligroso tráfico, corto los cables eléctricos de los que cuelga el retrovisor, y nos ponemos con los papeles. El sabe menos inglés que yo y nunca ha rellenado un parte amistoso, así que se lo escribo yo, que de eso ya he hecho alguno que otro, !nunca por culpa mía, ojo! El único problema es que el parte está en Noruego, pero en muy parecido al nuestro, así que, con un poco de imaginación, lo completo sin problemas, creo. 

Esto me retrasa una media hora o tres cuartos, pero es lo que hay. Afortunadamente es sólo un susto sin daños personales, solo lo aparatoso del golpe. 





Bueno, prosigamos después del percance. 

La carretera, al cabo del rato, pasa a ser de un carril para cada sentido, los paisajes vuelven a ser bonitos, ya no hay fiordos porque voy por el interior del país, pero se van salpicando lagos preciosos, bosques frondosos y riachuelos. 


No hay casi poblaciones, sólo paisajes de postales. Atravieso la conocida ciudad Lillehammer sin pararme, el objetivo es Oslo. Llevo ya 300 km desde el golpe con el camión. 


A unos 5 km a la salida de esta población, de repente, ¡pum! Me estalla la rueda trasera, justo en el lateral donde recibí el golpe unas horas antes con el camión. No sé si es a consecuencia del porrazo o que la rueda lleva ya mucho tute y necesitaba un cambio urgente. 

Por fortuna las ruedas de mi vehículo son runflats, por lo que a baja velocidad puedo seguir un poco. Por este motivo el coche no lleva rueda de repuesto.

Paro en el primer desvío que veo y compruebo los daños. La rueda está reventada, justo en el flanco del neumático, seguramente por un corte con el peldaño metálico de acceso a la cabina del camión. Está rajado. No queda otra, hay que cambiar la rueda. Ya no es ir a baja velocidad, es que voy prácticamente con tres ruedas!! 

Me reincorporo lentamente a la carretera, quiero dar la vuelta e ir a Lillehammer, ya que dudo que me encuentre algún pueblo en 100 km, y menos con talleres, en la carretera que me lleva a Oslo y seguro que no tendrán la importancia de  la ciudad de Lillehammer. 



Lillehammer es una pequeña ciudad noruega, famosa por los Juegos Olímpicos de Invierno de 1994. El problema es dar la vuelta en esta estrecha carretera, no hay arcenes, hay biondas a ambos lados y mucho tráfico en los dos sentidos. Yo estoy haciendo caravana, ya que no puedo ir rápido, sigo avanzando, pero en dirección contraria a la ciudad, distanciándome de ella, no hay salidas, ni margen en el lateral para dar la vuelta, el tráfico es muy intenso.En España me hubieran piado ya mil veces, menos mal que estos noruegos son más comprensivos.

Yo me he convertido en una tortuga en la carretera, jeje:


Me canso de está situación que dura ya varios kilómetros más, no quiero seguir avanzando ya que me alejo cada vez más y más de la ciudad, así que paro el coche en medio de la carretera, me bajo del vehículo y con aspavientos indico a los vehículos de los dos carriles que quiero dar la vuelta y que hasta que no lo consiga no muevo el coche, que yo soy español y allí se hacen las cosas así, jeje. Así que, con determinación lo consigo. 


Paro en el primer sitio que veo, una gasolinera a la entrada de la ciudad, pero está cerrada, al lado hay un pequeño supermercado, entro y hablo con el cajero, un chiquillo que no tiene ni idea, ¿será sueco?, pero llama al encargado y con él me entiendo mejor, en inglés claro. Tengo que atravesar toda la ciudad y, al final, se supone que hay concesionarios y talleres de coches. 

Hago lo que dice el encargado y llego al otro extremo de la ciudad, con el coche a mínima velocidad. Allí pregunto en otra gasolinera y me dicen cómo llegar al concesionario. Se trata de un concesionario de la misma marca que la de mi coche, hablo con ellos pero me comentan que el repuesto lo tienen que pedir y tardará dos o tres días, ¡pero si se trata de una rueda!, bueno dos ruedas ya que hay que sustituir las dos traseras porque no se puede ir con dibujos diferentes ¡no puede ser!, no quiero quedarme allí varios días... 


Pregunto en el concesionario por un taller de ruedas y me dicen que hay uno cerca. Efectivamente allí, no muy lejos, hay un taller, voy para allá, entro y converso con los mecánicos. Hacen las gestiones, lentas a mi parecer, pero por fin me confirman que sí, que sí tienen dos ruedas disponibles en el taller que encajan con las dimensiones de las mías, aunque no son runflats como las que tengo. No me lo pienso, negocio el precio (más o menos como en España) y espero, se ponen en seguida con el coche y me invitan a café mientras desespero. Lo hacen rápido y, por fin, reinicio de nuevo en ruta, pero todo esto me ha quitado una hora para visitar Oslo, ¡qué le vamos a hacer! 

Para sacarme la mala espina de esta frustrante jornada decido visitar Lillehammer, ya que estoy allí y sus habitantes han sido muy atentos y cordiales conmigo. Tiene un acogedor centro histórico, con las pistas de saltos se esquí al fondo que decido visitar. Hay museos, parques y mucha gente paseando. 










En Hunderfossen Family Park, justo al norte de Lillehammer, se pueden encontrar más de 150 trolls, que van desde el gigante de Hunderfossen, que se eleva a 14 metros sobre el suelo, hasta otros trolls y criaturas de cuento de hadas en las representaciones teatrales noruegas. Pero esto lo dejo para cuando vaya con vosotros hijos míos.... 






Por fin llego a Oslo, ¡creía que no iba a lograrlo después de la movidita jornada de hoy! Lo primero que hago es buscar aparcamiento lo más céntrico posible. Me han dicho que es una de las ciudades más caras del mundo, hecho que compruebo en el parking inmediatamente (200 NOK, unos 22,18 €, por 2 horas!!!). 

Busco un bus turístico, pero terminan a las 16 pm según me indican, es decir, hace tan sólo 10 minutos, pero me dan un mapa de la ciudad y con ello puedo recorrer a pié todo el centro (buenos en realidad recorro Oslo a la carrera, literalmente a la carrera, jeje). 

Callejeo y visito la ciudad: 

- En el borde del casco histórico se están construyendo una gran cantidad de edificios modernos, algunos interesantes, otros impersonales, y otros dignos de una buena goma de borrar, jeje. 





- El centro histórico tiene muchos palacios, más de 50 museos, y preciosos jardines. 





- Visito la fantástica Galería Nacional o Nasjonalgalleriet, con cuadros de los mejores pintores del mundo. Lo recorro fascinado y, al fin alcanzo la sala donde se expone el celebérrimo El Grito de Edvard Munch, quizás el pintor noruego más conocido. Justo detrás de la Galería está el museo de los barcos vikingos, visita obligatoria. 



- El Palacio Real es imponente. Tiene unos jardines muy agradables. 




- Fortaleza y castillo de Akershus es una obra maestra de la ingeniería militar medieval, data de 1.300 dC. 




- En el interior del ayuntamiento se celebra una vez al año la entrega del Noble de la Paz, único Nobel que no se entrega en Estocolmo. Decorado con motivos de la historia, la cultura y la vida laboral noruega. Fue diseñado por Arnstein Arneberg y Magnus Poulsson









Siempre me ha gustado ver maquetas (hacerlas no, que ya realicé muchas durante mi carrera, jeje).





- Interesante edificio de la Opera y Ballet en Oslo, donde se puede acceder hasta la cubierta para tener unas buenas vistas del puerto. 






- A las afueras de Oso está el Holmenkollen, que es un espectacular museo de esquí, que muestra 4000 años de historia del esquí noruego. Las exposiciones sobre las expediciones polares muestran los equipos de Nansen y Amundsen, el museo también alberga exposiciones sobre la historia olímpica, la familia real esquiando y el snowboard.



Decido subir a la torre del trampolín, donde hay magníficas vistas de la ciudad, pero lo paso un poco mal por el vértigo que me da estar a tanta altura, en la punta de una construcción en voladizo, sin arriostramientos laterales, arriba del todo el suelo se mueve hacia los lados de forma brusca, aumentando mi nerviosismo, el resto de turistas se toman a cachondeo el movimiento del suelo pero yo, en cambio, pienso en el pandeo lateral de las barras de acero del enrome voladizo donde estamos y de su plasticidad, será suficiente o se generaran unos momentos torsores que hagan colapsar de forma súbita la estructura, serán correctos los cálculos de traslacionalidad de la misma... (cada loco con su tema, jeje). 








Y las maquetas de la evolución histórica de la pista de saltos:












- Por último visito el Parque de Esculturas de Vigeland, trabajo de toda una vida del escultor Gustav Vigeland, con más de 200 esculturas de bronce, granito y hierro forjado. La estatua de bronce del pequeño enfadado (Sinnataggen en noruego) es una de las esculturas más famosas del parque de Vigeland, junto con el Monolito (Monolitten) y la Rueda de la Vida (Livshjulet). 






Tras visitar la ciudad, prácticamente a la carrera, voy a recoger el coche, lo dejé en un parking del centro que era un un auténtico laberinto, el problema es que el aparcamiento no tenía ninguna indicación, ni siquiera había un número de referencia en la plaza. Yo tuve la precaución de pintar con lápiz una flechita, casi imperceptible, en cada bifurcación y en cada recodo, y tomé alguna foto en puntos singulares, no quiero que me pase lo del Hansel y Gretel, jeje. 

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Es tarde, sobre las ocho p.m. cuando salgo de Oslo. Decido continuar hasta Gotemburgo, sé que está a unos 300 km y el día ha sido largo y complicado, con estrés por los dos incidentes con el vehículo, pero aun me queda algo de energía y pienso que puedo avanzar un poco, me gustaría llegar a Gotemburgo porque ahí se toma el ferry para Dinamarca, y así podría dormir en el barco mientras hago camino de noche. Es decir, que ganaría un día entero de viaje, pues por la mañana ya estaría en tierras danesas, tras el descanso en el barco...



No queda otra, a por Gotemburgo. Lo consigo al fin, tras una larguísima y abrupta jornada. Estoy agotadoooooo. Llego a la cola del ferry a las 00:30 h, embarco a las 3:00 y el bote sale a las 4:00 h. Llego a las costas danesas a las 7:30 h, pero eso ya es otra jornada... 

Vistas del ferry que me llevará a la península de Jutlandia:




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Noruega está dividido territorialmente en 21 provincias administrativas. 






Según la secuencia de viaje, yo atravieso, de Norte a Sur, las siguientes 11 provincias (pongo las banderas y los escudos, que coinciden en todos los casos): 


a) Finnmak (curiosa bandera de un castillo sacado de Minecraft, jeje. Mis hijos de partirán de risa con esta bandera y escudo). 






b) Troms (con un dragón muy estiloso). 







c) Nordland (con un barco vikingo). 





d) Nord-Trøndelag 






e) Sør-Trøndelag






f) Møre og Romsdal (Muestra tres barcos vikingos de frente. Muy bonita a mi parecer).







g) Oppland (con la flor del Mogop, o pulsatilla de primavera, nativa de hábitats de montaña, que aunque es tóxica en su estado natural, se utiliza en medicina para combatir verrugas, migrañas, fiebre, etc.)







h) Buskerud (un oso azul enseñando las garras y sacando la lengua!!!) 







i) Oslo (se observa a san Hallvard de Noruega sobre fondo azul).











j) Akershus (¡qué pixelado!, mis hijos lo harían mejor y con los ojos cerrados, jeje).









k) Østfold 






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Por su parte, ahora que salgo también de Suecia, puedo decir que he estado en muchas de sus provincias, llamadas Län. En concreto Suecia se organiza en 21 provincias administrativas: 






En este caso, yo he atravesado, según la secuencia de viaje, las siguientes 12 provincias (pongo sus banderas y escudos, en muchos de los casos coinciden): 


a) Escania. La provincia más meridional.






b) Kronoberg (¡el león saetero de uñas y lengua azules!).






c) Jönköping (con tres coronas y tres torreones sobre castillo acuático). 







d) Ostrogotia (gustan los dragones por aquí, vaya. Este parece que está cogiendo los abuelillos esos que dan buena suerte). 







e) Sudermania. Aquí gustan los dragones en vez de los leones. 









f) Estocolomo (me gusta esta bandera, es de mi favoritas de todo el viaje. Cambia un poco la figura de la bandera al escudo).






g) Upsala 






h) Gävleborg (con dos alces al que les están tirando bolas de nieve y dos cabras montesas en la noche. Estamos locos o qué!!!) 









i) Västernorrland (no sé que representan los tres peces, que imagino serán salmones) .


























j) Västerbotten (curioso, el tío de bastos otra vez, pero con menos ombligos que el lapón finlandés. Por si acaso también tiene tres peces y a Rudolf de Papá Noel, jeje). 







k) Norobotten (ahora es el dos de bastos, y dos renos para trasladar mejor el trineo de Papá Noel, yo alucino, jeje). 








l) Västra Götaland (que manía de leones, en este caso tres; uno guerrero sobre olas; otro escalador de un castillo y que ha olvidado la espada al otro lado del castillo, y el otro con garras y lenguas afiladas y dos estrellas. No se que pinta un toro enfadado entre tanto león).








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¡Hasta pronto Suecia! Espero repetir pronto. Que paisajes y ciudades tan bonitas.



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